Por: Psicóloga Diana Sosa, miembro del Claustro Docente de la WBC University.
Sin duda, la situación actual por la Covid-19 ha modificado muchos hábitos, pautas y situaciones, desde las más simples hasta otras más complejas. En el deporte no hubo excepción y por ende en el boxeo tampoco. Desde que se reanudaron las actividades paulatinamente por cuestiones de seguridad, las funciones de boxeo se reestablecieron con muchas medidas de sanidad e higiene y una de ellas es fue prohibición del público. Por supuesto que esto le afecta al boxeo de muchas formas, pero vamos a centrarnos particularmente en el boxeador.
¿Crees que puede afectar al pugilista estar en una pelea donde no haya público? La respuesta es SÍ. El organismo del boxeador profesional está completamente adaptado a estar rodeado de muchas personas mientras se desarrolla la pelea. Además de su esquina, su oído está habituado al ruido que provocan las personas del público que son asiduas a asistir. En México y en todo el mundo, las funciones de boxeo son todo un espectáculo y lo más común es que siempre estén con el cupo lleno.
La concentración del peleador se ha acostumbrado al fuerte bullicio constante del público, la música que se escucha al inicio de cada pelea y en los descansos entre cada round, sin que esto afecte su desempeño, sino todo lo contrario. El público muchas veces funge como aspecto motivacional. La mente del peleador se ha entrenado y es capaz de ser selectiva y poner atención en su rival y no dejar que otros estímulos externos lo distraigan.
Sin embargo, ahora el ambiente es todo lo contario. Las funciones de boxeo se encuentran despobladas, únicamente están los jueces y las personas que se encuentran en la esquina de cada peleador, lo que reduce en su totalidad el ruido y teniendo de fondo únicamente silencio. Esto, pudiera desestabilizar al peleador en algún momento, ya que como se mencionó anteriormente, estaba habituado a escuchar ruido y ahora ese estímulo está ausente.
No es una situación grave, pero la cuestión es que ahora el deportista tiene una pauta extra que debe trabajar arriba en el ring: poder familiarizarse a esta situación lo más rápido posible. Para lo anterior debe hacer uso de manera inmediata sus habilidades mentales porque le van a permitir que el estímulo motivacional del público ausente no afecte su concentración y por ende su desempeño.
El peleador, entrenador y todo el equipo de especialistas de los que se rodean, deberán poner especial énfasis en previo trabajo mental que le permita al atleta asimilar las peleas sin público y poderse mantener estimulado ante métodos para reforzar la atención durante los entrenamientos y que puedan replicarse en las peleas, así como un la falta total de público.
